Historia de Conversión

Laura tiene 19 años, es una joven buena, sana, llena de vida, alegre, muy activa, estudia 5 semestre de Medicina, es responsable y buena estudiante, además de asistir a largas jornadas en la universidad, estudiar en las noches y madrugadas, va al gimnasio, a fiestas, le encanta bailar, estrenar, verse linda, se encuentra con sus amigos, y comparte las actividades familiares entre las que esta la Misa y la oración. Tiene una vida intensa, acelerada, vive en el mundo, se prepara para ser competente.

En abril de 2012 su vida se ve partida en dos, hay un antes y un después del diagnóstico de cáncer, en menos de 2 horas está entre la vida y la muerte.

Escribe: “Hoy es un día que siempre recordaré, y también es el día que tengo que olvidar lo que dejo atrás, agradecer a Dios lo que aún tengo y llenarme de esperanza y fe al mirar al futuro, porque de otra manera, no seré capaz de enfrentarlo”. Laura se aferra desde el primer momento a Dios, tiene fe, sabe que no va sola a la batalla, comienza a luchar. Se siente Amada por Dios a través de su familia, y sus amigos, valora el tiempo compartido, los detalles, las conversaciones, las expresiones de Amor de cada uno de los que la acompañan. Le agradece a Dios por ello.

En medio de la pérdida rescata lo positivo, lo valioso, lo que le da fuerza y sentido. Su vida deja de girar al ritmo del mundo y comienza a girar al ritmo del Amor. Comienza a ver un nuevo mundo, en el que no sucede lo que ella quiere, ni lo que ella soñó, la aceptación de Laura se da en medio de su fe, de agradecer a Dios, renunciar a muchas cosas, comprometerse con su tratamiento, luchar cada día, como si todo dependiera de ella, aceptando la voluntad y ayuda de Dios. No se queda esperando un milagro, lo busca, lo pide, lo lucha, cada pequeña victoria con los síntomas, con la situación, la hace feliz y le da fuerza para ganar la guerra. Esa actitud de lucha, viendo lo positivo, sonriendo, es la actitud de quien hace visible el Amor, no busca destruir, ni convertirse en víctima, no vive de la queja, vive del amor y la Esperanza, es el Amor, el Espíritu Santo quien vive en ella, la lleva, la guía, le pone una sonrisa, la inspira y le da la actitud para triunfar.

En su proceso pasa por momentos en los que pelea con Dios, no entiende por qué le pasa lo que le pasa. Aun peleando ora a Dios, a la Virgen. Los reconoce cercanos y con poder, cree en los milagros. Los invita a su vida, les participa su sufrimiento, acude a ellos en el miedo, en los procedimientos médicos, en los exámenes diagnósticos, en las alegrías, en todo momento. Dice: “Dios esta conmigo, y no entiendo, no lo entiendo para nada, pero supongo que aunque yo no esté de acuerdo lo acepto”. No logra entender el por qué, aun así reconoce la presencia de Dios en su vida, cuando esta pasando lo inexplicable, lo que nunca pensó, ni imaginó, lo que nunca debe pasar, las complicaciones de la enfermedad, del tratamiento, del proceder del personal de salud y los errores fatales.

Tiene que lidiar con médicos y enfermeras, algunos no tan amables ni comprometidos, nunca había sido paciente, vive en carne propia lo que es serlo, vuelve al tema del Amor cuando escribe: “Ojalá se dieran cuenta de que el área de la salud es la que debe ser más humana de todas, es la que debe estar más llena de amor, más llena de amabilidad y de solidaridad”. Sabe que es el dolor, lo que es perderlo todo, ve el trabajo médico como una forma de Amar, de comprometerse y el ejercicio de la libertad como causa de muchas situaciones en la vida a veces buenas y otras que impactan dramática y negativamente. Reconoce su enfermedad como una cruz, una cruz ante la que responde con actitud de Amor y esperanza, en silencio, con humildad, reorganiza su esquema de valores, de prioridades, le da la vuelta a la situación que vive, con actitud de Fe, de confianza en el Señor actuando en ella y en las personas que la aman y atienden, agradece a todos, se reconoce como prójimo de otros y reconoce a su prójimo, lo ama en su trato cordial, amable y respetuoso, pide a Dios bendiciones para todos y agradece por su obrar.

Constantemente la enfermedad la enfrenta a complicaciones, recaídas, tratamientos cada vez más agresivos y médicos y enfermeras difíciles; aunque queda devastada, perpleja y angustiada no hay desesperación, sino silencio, observa, piensa y ora, algo mas para aceptar, no lo cree posible, como Dios podría permitirlo? Vuelve a agradecer por su familia. Aun en las peores situaciones, el Amor es su respuesta, el camino, la fuerza y el sentido. Escribe: “mi vida la veo como un pequeño cuento de hadas que, hasta ahora me doy cuenta, seguramente Dios se ha esmerado mucho en escribir, y eso significa que va a tener un final feliz”. Ve la mano de Dios en el Amor que ha recibido, en la familia, en las oportunidades que tiene para buscar la salud, sabe que su vida es obra de Dios, que esta en manos de Él, confía en Él, espera en Él, piensa que tendrá un final feliz.

En medios de los duros cambios que afronta comenta “me doy cuenta de que me he vuelto un ser mas sensible, tal vez mas humano; he descubierto el valor de la bondad y la amabilidad”. Nuevas ganancias, nueva visión, presencia de Dios nuevamente en su vida, no todo es malo, reconoce su crecimiento, su transformación, es una nueva mujer, una mujer de Dios, siente, piensa y actúa diferente, con mas Amor, reconoce una Laura antes y una con la enfermedad. No deja de agradecer, ve lo bueno, no se centra en lo malo. Sigue pidiendo y a la vez aceptando, que no todo lo que pide Dios lo dará, pero que con lo que tiene hará lo mejor. Es humilde, positiva y agradecida.

Siguen los golpes, mantiene su fe cada vez mas fuerte, siente que Dios vive en su corazón, lo acepta cada día más, lo reconoce como el Amor; el Amor, en los amigos, en la familia, en el personal de salud, ve que Dios a través de su Amor se hace presente y vive en todos, y que si vive en todos, todos deben ser Amados, tratados dignamente, con respeto. Sus acciones hablan cada vez mas de la presencia de Dios en ella, busca la perfección en la imperfección, el no molestar, el no crear mas problemas, se convierte en apoyo para su familia, ella es la que los motiva, mientras ella sonríe, Ama y lucha ellos pueden vivir con mas fuerzas, cuando ella decae o esta triste, todos decaen; muchas veces el silencio, es reflexión, es llevar la cruz y a pesar del dolor pensar en su familia en ayudarlos, en no hacerlos sufrir mas, esto le da fuerza y razón para actuar mas y mejor, para amar mas y mejor, es Dios habitando en su actuar, en sus pensamientos, y sentimientos.

En su camino entiende que Dios no hace cosas malas, que busca solo lo bueno para todos, perdona a quienes la lastimaron, acepta que el ser humano es libre, y que por el mal ejercicio de esa libertad puede lastimar a otros.

Finalmente se enfrenta a decirle adiós a todo lo que Ama, y no lo hace en medio de la tristeza y la queja. Llora cuando lo sabe, por unos cortos momentos, e inundada de Amor y confianza en el Señor asume la senda final. Esta plena de Espíritu Santo, en paz, no se sienta a victimizarse, se llena de luz, camina segura, sabe para donde va, cree en Dios, en la Eternidad. Alegra a todos, comparte mas, abraza mas, Ama mas, llena de detalles a cada uno para despedirse, piensa en dejarles detalles de Amor que la recuerden, hace visible a Dios y su Amor a través del Amor que brinda.

Escribe: “Mi sueño en realidad es que todo lo que he pasado le marque la vida a alguna persona y la inspire para bien. Ese es mi sueño, quiero que todo lo que yo he sentido, todo lo que he pasado, lo que he sufrido no sea en vano, quiero que mi vida no haya sido en vano, así sea una sola persona en el mundo pero si logro cambiar una sola vida con mi testimonio, no habrá sido en vano”. No piensa en ella, piensa en aquellos a los que ama y en los que no la conocieron, en su deber de evangelizar, de llevar la palabra de Dios, de amar a alguien que no conoce, de contarle como fue Amada y como se puede amar a través del regalo de su testimonio, de su forma de enfrentar la adversidad y salir victoriosa aun cuando no pudo quedarse un poco mas como quería.

“Mi vida es mi regalo para el mundo”, escribió y es su regalo para el mundo porque decidió llenarse de Amor, tomarse de la mano de Dios y enfrentar cada situación, lo hizo en cada paso de su dura enfermedad, no solo al final, cada vez mas convencida, cada vez mejor, cada vez mas llena del inmenso Amor de Dios. Ella lo logró porque aceptó a Dios y su Amor en su vida, fue una decisión, la mejor de su vida, por eso cuando creyó que Dios tenía un final feliz para ella, se quedó corta, ella ha sido felicidad y presencia de Dios para su familia, amigos y los muchos lectores y sus familias, su historia no pasó, cada día transforma, convierte, hace que la gente escuche a Dios, lo conozca mas y lo invite a su vida, dejó huella, sus huellas hicieron ver lo que es la presencia de Dios en la vida, hoy no esta presente físicamente, pero desde la eternidad, en el gozo en la paz del Señor estará feliz, su misión se cumplió, su vida tuvo sentido, al convertirla en ofrenda de Amor !!!