Hija Mía
Hija mía, cada instante a tu lado, es una historia de amor, llena de hermosos momentos y miles de recuerdos que nos llenan de orgullo y le han dado sentido a nuestras vidas. Cada segundo en tu presencia y desde el momento de tu nacimiento ha quedado escrito de forma imborrable en nuestros corazones. Nuestra mente imaginaba como sería tu vida y nos quedamos cortos ante tus logros, tu carácter, las ganas de vivir, la música, tus cantos, la alegría permanente, la obsesión por lo perfecto, por ser la mejor, por tu amor por Colombia, por el desorden permanente, la puntualidad, la valentía ante la adversidad, las ganas de seguir y seguir y seguir… Eras el milagro que iniciaba muestra vida como padres.
Día a día, segundo a segundo te vimos crecer, con cada gesto inteligente que te conectaba con el mundo, lo que sentí al escucharte decir “Pa”, cada nueva palabrita, cada sonrisa, tu curiosidad ante todo lo que sucedía alrededor, como mirabas todo con interés, muy temprano demostraste habilidades al salirte siempre y como fuera del corralito, destreza que luego pasó a los árboles y se la enseñaste a tu hermano, el increíble movimiento de tus manos, esas con las que tocaste el violín y la flauta, esas que hicieron todo tipo de proyectos, las manos de artista hábiles con el arte y la pintura, como olvidar la fuerza con que agarrabas mi meñique con toda tu manito, tu sonrisa contagiosa y el tono dulce de tu voz.
En tus presentaciones de chiquita disfrazada hacías tu papel con timidez, luego tu sola eras la estrella en las presentaciones de violín y nosotros orgullosos mirábamos.
Fuiste creciendo rodeada de cariño y cuidados, cuando llegó tu hermano y siendo la estrella de esta casa, pasaste a ser aún más importante al asumir con orgullo tu papel de hermana mayor. Le cantabas, lo consentías, lo hacías parte de tus juegos, fueron y serán uno.
Tuviste amigas y amigos de todo tipo con unos creciste y ganaste, con otros viste la otra cara de la moneda, pero aun así tu carácter se impuso y te volviste una mujer valiosa, dulce, amorosa y encantadora. Fuiste buena amiga, la mejor de todas.
En cada cumpleaños, cada celebración, cada momento especial en familia, con tus postres, con la organización, la alegría, los abrazos, con tus palabras, cantos y música. Pasabas horas a solas en tu cuarto, en donde el desorden tenía una razón de ser para la creatividad, siempre cantando y haciendo cosas, cuando, salías con obsequios para todos, con una tarjeta, una mariposa, una flor, una estrella, una compleja bola de origami en 3D de esas que solo tú puedes armar, tus pinturas únicas y con estilo propio, los baldes decorados con máximo detalle unos con golosinas y otros con flores, unas gerberas que más de una vez nos hiciste recorrer la sabana de Bogotá para encontrarlas, esa empresa se llama Amada. Muchas de esas obras decoran nuestro hogar, la finca, las casas de los abuelos, pero también el proceso artístico dejó sus huellas en las paredes, el tapete y las puertas del closet. Dejarte sola en la cocina siempre fue el terror de tu madre y si era en compañía de la abuelita, peor aún, el desastre duraba horas en arreglarse, pero siempre salieron deliciosos postres, brownies, cupcackes, galletas y todo tipo de golosinas para deleite de todos.
Sabías de historia, arte, música, tus opiniones tenían argumentos irrefutables, apasionada por la justicia y los derechos, te aburrían las discusiones de política, de la ciencia o de la historia que no aporta de verdad en la vida, defensora de las mujeres, detestabas el machismo, narcicismo, la arrogancia, el maltrato y el abuso.
Eras médica antes de nacer, ese sueño se cumplió hasta que la enfermedad te dejó hacerlo, te graduaste en nuestros corazones. Muchos pacientes han encontrado salud y reconfortado su dolor en tus manos.
Llegó la Universidad, pasaste directo a Medicina. Gozaste estudiando cada materia, cada experiencia, rotación y actividad. Bailaste mucho, paseaste, disfrutaste con tus compañeros, también viviste momentos difíciles, pero normales entre las relaciones y formas de ser de la gente.
No se me olvida esa semana santa de 2012, cuando pensando en algo trivial, fuimos a la Clínica. El mal presagio mostró su cara desde el comienzo. Hablé con todo el mundo, moviendo cielo y tierra con quienes sabía me podían ayudar, luego de sacar de su descanso y reunir a cuanto colega médico pudiera para que te examinara, una biopsia de médula confirma la sospecha y se inicia la batalla por la vida y vencer la leucemia. Desde el comienzo mostraste carácter y valentía, fuiste aceptando todo tipo de pruebas, tenías miedo pero estabas confiada, sabíamos a que nos enfrentábamos y desde el comienzo pusimos todo en esperanza, valor y actitud.
Con la enfermedad llegó la pausa obligada en la universidad, despues tu regreso difícil en silla de ruedas le ponía el toque de gloria por el seguir adelante. La enfermedad hizo que con dolor nuevamente se cambiara de plan y de carrera, ya en tu condición era un riesgo continuar. Salió una mejor opción, utilizaste todo tu talento y fuerza para comenzar Diseño. Comenzaste ya independiente en tus traslados y llegando sin compañía en tu carro, mostraste talento innato para el diseño, el manejo de los programas, la seriedad y cumplimiento en los proyectos.
Juan Pi, es tu hermano de sangre, del alma y de vida. En su tímido silencio te acompañó, te dió la mano así como tú se la diste cuando llegó al mundo. Para él, eres y erás su heroína, el ejemplo, su inspiración, el motivo de orgullo. Siempre pendiente de que ibas a hacer o decir, le diste los trucos para vivir en familia, le facilitaste el camino que ya conocías. El daría la vida por ti, hermana y compañera de vida. Le enseñaste tantas cosas!!! A tu lado siempre.
Lo que decían acerca de lo que podía suceder, realmente sucedió y lo padeciste con creces. NO siendo ya suficiente los sustos y las angustias, estas continuaron cuando preparándote para el trasplante de médula tuviste una severa queratitis y por varios días con los ojos cerrados no podíamos creer que podrías no volver a ver. Lo que nunca perdiste y por el contrario creció infinitamente fue lo más importante y poderoso, la Fe, la fuerza, la razón, el sentido de vida, la esperanza, las ganas de vivir, la alegría, las sonrisas, el brillo de tu mirada y el amor por todos nosotros. De cada momento y situación supiste salir, siendo ejemplo demostrando como el ser humano es capaz de todo cuando tiene motivación, encuentra sentido, un porqué y un para qué, cuando se aferra a Dios y al Amor.
La paraplejia tal vez de toda la lista de desastres, fue la más impactante y dolorosa. Ver como progresivamente disminuía la fuerza y el control hasta quedar en silla de ruedas fue peor que la misma Leucemia. Una enfermedad que se ensañaba con las recaídas y se negaba a dejarte en paz. No necesitaste de tus piernas para poder volar!!!
En el proceso cambiaste tu vida varias veces en expectativas y planes. Un vaivén de tormenta entre remisión, recaída…NO te entregaste a una vida recluída en la dependencia, el aislamiento o la depresión, apenas tuviste oportunidad saliste de nuevo al mundo. Eso es coraje, valentía y superación, es ejemplo para todos nosotros y para las personas que como tú superan enfermedades graves y una discapacidad.
Dios ha estado presente en cada instante de nuestras vidas, haciendo el milagro desde el primer día, iluminando el camino, reconfortando y abrazando nuestro corazón cuando se arrugaba de dolor, llenándonos de esperanza, de fuerza, de confianza y paz. Transformó el corazón de amigos y familia, para aceptarlo en sus vidas y aumentar su Fe. Todos nos entregamos a la oración, te entregamos en las manos de Dios y aceptamos su voluntad.
Eres única e irrepetible, nos enseñaste que si bien el dolor es inevitable, el sufrimiento es una opción de cada uno. Tomaste la mejor decisión de todas, convertir el dolor en valor, el sufrir te dio motivos para cambiar, te reinventaste en cada momento difícil, eres una lección de nobleza y de amor por la vida. Venciste como nadie al miedo con sonrisas, en cada caída te levantaste con más fuerza, venciste al dolor y las lágrimas con tu paz que se irradió y nos tocó a todos a tu alrededor. Eres ejemplo de valor, de transformación, de fortaleza, de humildad.
Eres el amor de nuestra vida. Como tu dices “4 Almas un solo corazón”
Tu Papi .